viernes, 23 de marzo de 2007

Reflexiones

Al serle presentado el Sable de Mando de parte del titular de la Secretaría de la Marina, Felipe Calderón en un discurso que se antoja demagógico y pomposo afirmó fingiendo gran energía y determinación que en su gobierno no habría impunidad para nadie. La primera gran prueba de ello sería precisamente una demostración de su firmeza para meter a la cárcel a quienes hayan cometido los delitos señalados en el libro Fin de Fiesta en Los Pinos de Anabel Hernández, sin esperar a que sea el Congreso de la Unión el que tenga que tomar la iniciativa de abrir una investigación, sin esperar a que alguien necesite interponer una denuncia formal ante la Procuraduría General de la República con el fin de que se abra una investigación allí en contra de lo que posiblemente haya sido uno de los regímenes más corruptos en la historia de México además de ser, por añadidura, el primer gobierno emanado de la derecha conservadora de México apoyado por la derecha ultraconservadora.

Sin embargo, esto simple y sencillamente no ocurrirá. Felipe Calderón llega atado de manos con demasiados compromisos a la silla presidencial como para que pueda tratar de emprender alguna acción en contra de su predecesor Vicente Fox o de sus familiares cercanos. ¿Cómo puede hacerlo, cuando el mismo Vicente Fox prácticamente ha aceptado y confesado ante el mundo entero que él fue uno de los principales artífices del triunfo de Felipe Calderón, que gracias a él Felipe Calderón ocupa el cargo público más alto al que pueda aspirar cualquier mexicano?

Para que pueda cumplir con su promesa de aplicar “mano dura” aplicando la Ley a rajatabla, varios de los neopanistas más ultraconservadores están urgiendo y sugiriendo ya que Felipe Calderón meta a la cárcel cuanto antes al mismo Andrés Manuel López Obrador por la comisión de varios delitos que están claramente tipificados en los códigos penales, empezando por el hecho de que al proclamarse como Presidente Legítimo de México López Obrador está incurriendo en un delito federal de grueso calibre. Y de hecho, no sólo López Obrador sería objeto (o mejor dicho, víctima) de una aplicación draconiana de las leyes mexicanas, sino que también todos los que forman parte de su gabinete alterno deberían de ir a la cárcel junto con él. Después de todo, el delito de usurpación de funciones está claramente tipificado. Y Felipe Calderón es Licenciado en Derecho, él conoce perfectamente las leyes que en su accidentada toma de posesión el primero de diciembre del 2007 prometió hacer cumplir. Pero... ¿realmente tiene Felipe Calderón la opción de meter a la cárcel a Andrés Manuel López Obrador cuando al mismo tiempo está dejando a la demeritada ex-pareja presidencial en la mayor de las impunidades? Con una situación así, tratar de meter a la cárcel al hombre a quien millones de mexicanos aún consideran como el legítimo y verdadero Presidente de México sería motivación más que suficiente para detonar un movimiento armado para intentar derrocar al régimen panista que está apoderado en estos momentos de la silla presidencial. Y una vez estallando un conflicto de gran envergadura, no hay forma fácil de detenerlo. Aún metiendo primero a la cárcel a Vicente Fox y/o a los familiares cercanos de éste por los delitos de corrupción consignados en el libro Fin de Fiesta en Los Pinos, irse después en contra de López Obrador se antoja como una proposición extremadamente aventurada y riesgosa. Pero dejando intacto a Fox y a los suyos para tratar de irse de cualquier modo en contra de López Obrador sería echarle un cerillo a un tonel de pólvora que está listo para explotar en cualquier momento. La moraleja de todo esto es que, la promesa calderonista de que "no habrá impunidad para nadie" deberá quedar sepultada ante la realidad de los hechos.

Naturalmente, nos falta escuchar la otra versión de los hechos, la versión que debe ser dada por el principal indiciado, Vicente Fox. Él tiene también pleno derecho de que se le escuche. Estos espacios de Spectator están abiertos tanto para Vicente Fox como para su esposa Marta Sahagún y los hijastros del ex-Presidente para que respondan a las gravísimas acusaciones formuladas en el libro Fin de Fiesta en Los Pinos. Sin embargo, de entrada, se antoja difícil que puedan responder a varios de los señalamientos habiendo un amplio rastro de pruebas documentales que hablan por sí solas.

No debe causar asombro que al estallar el escándalo de estas revelaciones que simple y sencillamente no se irán por sí solas, y habiéndose comprometido Felipe Calderón a que en su gobierno “no habrá impunidad para nadie” (lo cual está por verse), Vicente Fox se haya trasladado el 12 de marzo del 2007 a su antigua residencia oficial en la que despachó como Presidente de México por seis años con el fin de tener una larga plática personal privada, a puertas cerradas, de casi dos horas de duración, con Felipe Calderón, inclusive retrasándole su partida a Mérida para recibir al Presidente George Bush. El que Vicente Fox le haya quitado tanto tiempo a Felipe Calderón para hablar de algo entre ellos que seguramente quedará por siempre en el más absoluto secreto, y el que Felipe Calderón haya distraído tanto tiempo de su apretada y abultada agenda presidencial para atender a quien como ciudadano ordinario no debería recibir trato especial alguno por sobre los demás mexicanos, indicia que algo muy serio se ha de haber tratado en dicha reunión. Algo extremadamente serio.

Sobre este extraño encuentro entre Vicente Fox y Felipe Calderón, al que la revista Siempre! le dedicó la portada:




de su revista número 2805 publicada el 18 de marzo del 2007, dicha revista tiene que decir lo siguiente en su principal editorial titulado “Se acabó el tabú”:

El martes 13 de marzo fue publicada en varios diarios del país una fotografía que, por el momento y el contexto en que apareció, rompió con una vieja y legendaria tradición. En ella aparecían retratados el ex presidente Vicente Fox y el actual mandatario mexicano, Felipe Calderón, para hablar sobre el “rumbo del país”, es decir, sobre política.

Los partidos de oposición calificaron el encuentro como torpe y desafortunado, sobre todo porque se producía a unos cuantos días de la llegada al país de George W. Bush. Algunos, incluso, se atrevieron a sugerir que Fox había llegado a Los Pinos para darle línea, consejo o asesoría a Calderón sobre la relación con Estados Unidos.

Calderón no sólo no hizo caso de las críticas, sino que declaró al periodista Joaquín López Dóriga que, así como se había reunido con Ernesto Zedillo y Fox, no descartaba reunirse también con los ex presidentes Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari. “Yo quiero ser -dijo Calderón- un presidente que construya y que canalice a favor de México lo que mejor pueda aportar cada quien y pienso que la experiencia de los ex presidentes es valiosa y tiene que ser ponderada...”

Con esa declaración, el Ejecutivo panista puso punto final a un tabú que duró más de setenta años, que rigió en gran medida el comportamiento de los gobiernos en turno y tuvo sus orígenes, sus por qués o razones, en un México posrevolucionario que hoy ya no existe.

La prohibición no escrita que impedía a un presidente tener tratos -cuando menos públicos- con su antecesor, pretendía acabar con maximatos, con monopolios de poder político en un solo grupo y garantizar, por otro lado, la concentración del poder en un solo hombre: en quien ocuparía la silla presidencial.

Calderón tiene razón en romper con ese fetiche y tiene derecho a inaugurar nuevas formas de hacer política, siempre y cuando Fox o cualquier otro ex presidente no se convierta en un lastre para la nación.

Es difícil creer que Fox llegó a Los Pinos para hablar sobre el “rumbo del país”. Al hombre de las botas nunca le ha interesado la política. Más bien debe haber ido a pedir protección para su esposa, la “señora Marta”, y sus hijos, los señores Bribiesca. La formación de una comisión especial en la Cámara de Diputados para investigar los excesos de su esposa e hijastros puede hacer estallar muy pronto un escándalo de incalculables consecuencias.

Si bien resultaría saludable que cada mandatario saliente aportara al entrante sus experiencias -ya para no cometer los mismos errores o ya para darle continuidad a programas que valgan la pena-, lo cierto es que el caso específico de Fox no cae dentro de esa condición. El sexenio foxista sólo puede ser tomado como guía de desgobierno y anarquía. Peor aún: servirá para mostrar a la sociedad que los gobiernos panistas son capaces de superar rápidamente, y con creces, los estándares existentes en materia de nepotismo y corrupción.

Calderón, entonces, tiene que medir su acercamiento con Fox. Obviamente, no le será fácil. Esta vez también se cumple la máxima -como en el México posrevolucionario- de que el presidente entrante le debe mucho o casi todo a su antecesor. Casi nada: el haber llegado al poder. Marta, más que Vicente, lo sabe y se encargará -por las buenas o por las malas" de cobrarle el favor.

Por su parte, el periodista Álvaro Delgado, el hombre que develó al pueblo de México la existencia de la Organización Nacional del Yunque, al escribir para la agencia noticiosa APRO un artículo titulado “Fox y Calderón: Comida de complicidades”, publicado por la agencia noticiosa el mismo día en que se llevó a cabo esta sospechosa reunión entre Fox y Calderón, comentó lo siguiente:

Felipe Calderón y Vicente Fox se reunieron a comer hoy lunes, en privado, en lo que es el primer encuentro desde el arranque de la actual gestión federal.

No faltará mañana quien, desde la atalaya de la abyección, interprete la reunión como la victoria de ese estadista en que se ha convertido Calderón y la claudicación de Fox y Manuel Espino, confabulados para obstaculizar la marcha de México hacia el progreso que la historia le tiene reservado.

También habrá quienes tengan la puntada de atribuirle a esa reunión el rango de cumbre entre dos hombres con visión de Estado, conscientes cada uno de la etapa que les ha tocado vivir al frente de la alta responsabilidad de conducir a la nación mexicana.

Y hasta se buscará darle a tal reunión una lectura pedagógica: uno de ellos, Fox, capaz de transmitir su experiencia en relación con Estados Unidos y el otro, Calderón, con apetito de aprender en vísperas de la reunión, en Mérida, con George Bush.

Pero el asunto es menos épico del que querrán hacer creer los propagandistas: tal como aquí se anticipó aquí la semana pasada, Fox y Calderón se reunieron para ratificar el pacto de complicidades que establecieron antes y después del proceso electoral del 2006, que en algún momento estuvo a punto de romperse.

En esta trama hay otro personaje central: Germán Martínez Cázares, quien cobra como secretario de la Función Pública y el que hoy, precisamente, anunció lo que muchos anticipamos desde el principio: el carpetazo al caso de Francisco Gil Díaz como empleado del grupo financiero trasnacional HSCB.

Según Martínez, se solicitó información a dependencias federales y hasta se practicó una auditoría al Órgano de Control Interno de la Secretaría de Hacienda para encontrar elementos sobre si Gil Díaz violó la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos. Y nada.

Porque, además, resulta que Gil Díaz renunció, el 28 de febrero, al cargo en HSBC que aceptó desde el 9 de enero.

Eso sí, luego de que Gil Díaz aceptó ser empleado de la empresa española Telefónica, Martínez Cázares le recordó que no deberá hacer uso de la información que como secretario de Hacienda acumuló. De risa.

Martínez Cázares es, en efecto, un personaje clave en los enjuagues entre Calderón y Fox, debido a que la Secretaría de la Función Pública dispone de herramientas para integrar expedientes de, por ejemplo, asuntos que conciernen a Marta Sahagún y a su parentela enriquecida, así como a otros personajes del foxismo, como Ramón Muñoz Gutiérrez, y los negocios de “Enciclopedia”.

No hay que olvidar que la primera declaración pública de Martínez Cázares fue la exoneración contundente de los hermanos Bribiesca, si bien integró expedientes contra ellos para ser convenientemente usados en el momento políticamente oportuno.

Eso lo sabían Fox y su mujer, que procedieron a enviar mensajes de que la ruptura del pacto de complicidades implicaba el hundimiento de Calderón.

La repelencia al conocimiento que caracteriza a Fox no significa que no sea capaz de truculencias políticas y morales: por eso en Washington, el 12 de febrero, dijo que con el desafuero perdió con Andrés Manuel López Obrador, pero se desquitó al imponer a Calderón.

Por ahora el michoacano (Felipe Calderón) no procederá contra nadie del foxismo y Fox en consonancia se callará la boca. Germán Martínez, por su parte, no sólo seguirá encubriendo las corruptelas del foxismo, sino que tiene cancelada, también, su búsqueda de la presidencia del Partido Acción Nacional (PAN), y por tanto el Consejo Nacional seguirá siendo controlado por Espino y sus huestes.

Así, el “Quijote de Quiroga”, como se hace llamar Germán Martínez, toma una tonalidad más opaca que la de su antecesor, Francisco Barrio, el zar anticorrupción que terminó como el sinónimo perfecto del fracaso.

Si damos como cierto todo lo que hemos visto y leído, entonces podemos apreciar que Vicente Fox tenía todas las razones del mundo para temer que el PAN pudiera ser expulsado de la silla presidencial, tenía todas las razones del mundo para entrometerse hasta el fondo en el proceso electoral de la sucesión presidencial para impedir a como diera lugar que Andrés Manuel López Obrador pudiera llegar a la Presidencia de México, tenía todas las razones del mundo para orquestar una elección de Estado. El haber estado casi obligado a apoyar con todos los recursos y el poderío del gobierno federal al candidato panista Felipe Calderón es en sí una admisión implícita de culpabilidad de parte de Vicente Fox. Y ahora, como si no bastase con el amplio pago de facturas que Felipe Calderón ha tenido que estar haciéndole a personajes tan corruptos y tan siniestros como Elba Esther Gordillo y los poderosos magnates de la telecracia mexicana, tiene que sumar sus deudas de gratitud con Vicente Fox garantizándole a él y a los suyos la más completa y absoluta impunidad y el pleno y libre disfrute de las enormes riquezas mal habidas que posiblemente les habrían sido incautadas por un gobierno emanado del PRD. Pero quizá lo peor para Felipe Calderón es que sus pagos de facturas y deudas de gratitud con gente siniestra y corrupta es algo que no está ocurriendo detrás de un telón sino que está sucediendo a la vista del mundo entero. Y ante el mundo entero Felipe Calderón está debilitando la autoridad moral de la investidura presidencial a grado tal que su enorme inseguridad lo ha llevado a estarse frecuentando con las fuerzas armadas de México y a subirles generosamente los sueldos, más que ningún otro Presidente del siglo XX. Con la única diferencia de que a Fox le tomó seis largos años desmoronar su prestigio y su credibilidad ante todo el pueblo de México, mientras que su sucesor ha empezado con poca credibilidad y poco prestigio ante un amplio segmento de la población. Y a como están las cosas, no se vislumbra la manera en la cual pueda demostrar que él es diferente a su antecesor sobre quien ya está cayendo el juicio de la Historia, la cual posiblemente su antecesor intentará reescribir en ese castillo de autoelogio y refugio de su locura que será el Museo Presidencial Vicente Fox Quesada próximo a abrir sus puertas al público, así como en la Biblioteca que también llevará su nombre, una biblioteca en la que seguramente libros como Fin de Fiesta en Los Pinos o el libro El Yunque: La Ultraderecha en el Poder estarán eternamente proscritos (al igual que Los Blogs de Spectator).

La putrefacción moral que consumió al sexenio de Vicente Fox es todavía mayor, mucho mayor a lo que nos parece sugerir el ya de por sí preocupante libro de Anabel Hernández, a juzgar por varias revelaciones y descubrimientos recientes posteriores a la publicación del libro “Fin de Fiesta en Los Pinos”. Una de ellas la podemos ver descrita en el artículo “Revelaciones del auditor González de Aragón: Corrupción nunca antes vista” del columnista Félix Fuentes, aparecido en la revista Siempre! Número 2809 el 15 de abril del 2007, en donde se lee lo siguiente:

Revelaciones de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) sobre cuantiosas sumas no ejercidas, desaparecidas o a favor de consorcios privilegiados por el régimen de Vicente Fox, caen en cascada, pero todo queda en eso. Ni el Congreso de la Unión, ni el gobierno de Felipe Calderón hacen nada para proceder contra los culpables.

Frente a la avalancha de denuncias y la inexplicable pasividad de los Poderes de la federación se ofrece al pueblo un escenario de complicidades, de largometraje, y el encubrimiento de una gigantesca corrupción, nunca antes vista.

La ASF empezó por revelar irregularidades en el 5o año del foxismo por 26 mil millones de pesos. Es mucho dinero, hurtado a un pueblo cada vez más empobrecido por culpa de quienes hablaron de “tepocatas”, víboras prietas y del “pasado corrupto” priísta. Resultó peor el remedio que el trapito, como decían las abuelas.

La ASF destacó que en la misma Cuenta Pública del 2005 advirtió manejo discrecional de 863 millones 416 mil pesos por Carmen Segura Rangel, quien fungió como coordinadora general de Protección Civil. De esa suma, 41 millones 980 mil pesos fueron destinados a operaciones del 2004, sin autorización de Hacienda.

Segura Rangel -favorita del secretario de Gobernación foxista, Santiago Creel- fue dada de baja, se le multó con 1 millón 773 mil pesos tras comprobarse las compras irregulares con recursos del Fondo de Desastres Naturales y quedó inhabilitada por 10 años para ocupar algún puesto en la administración pública. Pero se le encubrió con una curul panista en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. Así las gastan.

También hizo saber la ASF que las dos cadenas televisoras fueron beneficiadas con créditos fiscales por mil 521 millones 821 mil pesos y una empresa editorial debe al fisco 2 mil 675 millones 476 mil pesos. Hasta cuatro clubes de futbol adeudan 2 mil 178 millones 800 mil pesos.

Ha sido un dispendio asombroso de fondos públicos y así se explica por qué durante el foxismo la obra pública federal fue de hecho inexistente, lo cual incrementó el desempleo a nivel nacional.

El auditor Arturo González de Aragón adelantó que el reparto de excedentes del petróleo fue hecho sin claridad y tanto en Pemex como en la Secretaría de Hacienda son advertidos los mayores grados de discrecionalidad, es decir, repartos millonarios a manos llenas y a placer.

En ese derroche criminal, el foxismo benefició a bancos, constructoras, ingenios, televisoras, tiendas extranjeras y clubes de futbol que dejaron de pagar al erario público ¡54 mil millones de pesos!, entre 2001 y 2005. Son los consorcios que alaban al botudo de Guanajuato.

E insiste mucha gente: ¿todo eso va a quedar así?, ¿va a seguir callada la fracción parlamentaria priísta que coordina Emilio Gamboa Patrón, sin investigar tan variados bandidajes?, ¿por eso pide Gamboa que cada diputado vote “como quiera”, sin recibir línea del partido tricolor? Lucidos estamos con esta runfla de “legisladores”.

Y ya para mediados de mayo del 2007, seguía la mata dando al aflorar más corruptelas de los hijastros de Vicente Fox, según lo documenta PROCESO en su edición número 1593 del 13 de mayo del 2007:

Las gangas foxistas

Los millonarios beneficios que presuntamente obtuvieron los hijos de Marta Sahagún durante el sexenio de Vicente Fox parecen no tener fin. Nuevos documentos revelan que en la última subasta del IPAB a favor de Construcciones Prácticas, Miguel Khoury Siman -propietario formal de esta empresa, así como amigo y socio de Manuel Bribiesca Sahagún en otros negocios- obtuvo una ganancia de por lo menos 200 millones de pesos con un mínimo desembolso de un millón 560 mil pesos.

Previamente, al propietario original del bien subastado, Alfredo Miguel Afif -también amigo de Manuel Bribiesca Sahagún y a quien éste ha defendido en diversas ocasiones-, se le habían cancelado adeudos de poco más de 600 millones de pesos que fueron absorbidos por el Fobaproa.

Pero la historia completa está cobrando forma gracias a documentos que, de manera anónima, llegaron a la tercera comisión especial creada para investigar a las dependencias federales que pudieron haber beneficiado directa o indirectamente a los hijos de Marta Sahagún de Fox.

Elías Cárdenas Márquez, diputado por Convergencia y presidente de la nueva comisión especial, tiene en su poder el documento del fideicomiso que la familia de apellidos Miguel Afif firmó con Bancrecer el 16 de diciembre de 1998 y que fue a parar a la panza del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) cuando Bancrecer fue intervenido.

El caso es que más tarde, en febrero de 2001, el banco dividió sus activos en “malos” y “buenos”. Los “malos” quedaron en manos del heredero del Fobaproa, el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), e incluyeron los bienes muebles e inmuebles y las carteras litigiosas, es decir, los créditos que las personas adeudaban a Bancrecer y que no pudieron pagar.

Y ya para el 15 de junio de 2004, el IPAB -que justamente ocupa en la Zona Rosa del Distrito Federal un lujoso edificio que formaba parte de los créditos "malos" de Bancrecer- subastó, bajo el título de paquete “H”, el fideicomiso conformado entre el banco y los Miguel Afif.

Aunque la segunda comisión -creada por los legisladores para investigar los escandalosos negocios de los hermanos Bribiesca Sahagún- nunca supo cuál era exactamente el contenido del paquete “H” subastado, la tercera comisión no sólo tiene por fin en su poder el documento del fideicomiso mencionado, sino también el contrato de “cesión onerosa de derechos” a favor de Construcciones Prácticas.

¿Alguien recuerda la tragedia de la explosión en la mina Pasta de Conchos en San Juan Sabinas, Coahuila, ocurrida el el 19 de febrero de 2006, la cual cobró la vida de 65 mineros?

Pues resulta que Vicente Fox se aprovechó de la tragedia para remover al sempiterno líder del sindicato minero, Napoleón Gómez Urrutia, al cual el mismo Vicente Fox había promovido y patrocinado recién inaugurado como Presidente de México, al no serle ya útil para sus fines y sus intereses, poniendo en su lugar a un incondicional de la extrema derecha mexicana, Elías Morales. Y quiso removerlo torciendo la Ley, pidiéndole al Gobernador priista Humberto Moreira Valdés que le inventase cargos al líder minero, como el mismo Gobernador lo dió a conocer públicamente en unas declaraciones importantes hechas ante los medios de comunicación el 19 de febrero del 2007 (justo un año después de haber ocurrido la tragedia, y ya cuando Vicente Fox había dejado de ser Presidente de México), en las cuales denunció que Fox le hizo hace un año la propuesta inmoral de "buscar algún delito" para poder enviar a prisión a Gómez Urrutia con el objetivo de distraer la atención sobre la tragedia de la mina de carbón Pasta de Conchos. No puede uno menos que preguntarse: ¿Es éste el mismo pro-ultraderechista Presidente que rompiendo con la larga y sana tradición de la separación Iglesia-Estado estuvo yendo a misa para comulgar y para darle gracias a la Virgen de Guadalupe por su triunfo en el año 2000? ¿Cómo se le pudo haber olvidado el mandamiento divino “No levantarás falso testimonio”, especialmente cuando la intención de incurrir deliberadamente en tal pecado era destruír políticamente y meter a la cárcel con acusaciones falsas a un líder sindical? Los panistas, y muy en especial la extrema derecha que los tiene infiltrados hasta la médula, ya estaban afilando las dagas y los puñales para irse en contra del Gobernador Moreira y darle una lección que jamás olvidase, cuando la misma PGR forzada por las circunstancias se vió casi obligada a admitir el 9 de abril del 2007 que para la remoción “legal” de Napoleón Gómez Urrutia y la imposición como líder del sindicato minero a alguien que podía servir mejor como títere al servicio de los Yunquistas que se están apoderando de México, Elías Morales, se recurrió a la falsificación de su firma en varios documentos, una falsificación de la cual presuntamente el mismo Vicente Fox tenía pleno conocimiento. La siguiente nota publicada por PROCESO ilustra con mayores detalles lo sucedido:

PRI y PRD piden en el Senado piden una investigación contra Fox y Francisco Salazar
PROCESO
De la redacción.

México, D.F., 10 de abril (Apro).- Luego de que la Procuraduría General de la República (PGR) dio a conocer que la toma de nota de Elías Morales como dirigente del Sindicato Minero estuvo precedida de irregularidades -entregó documentos con firmas falsas-, los coordinadores parlamentarios del PRI y PRD en el Senado de la República demandaron hoy que se abra una investigación contra el expresidente Vicente Fox y el exsecretario del Trabajo, Francisco Salazar, por su presunta intervención en la trama para deponer y aprehender a Napoleón Gómez Urrutia.

El líder del PRI en el Senado, Manlio Fabio Beltrones, sostuvo que “la PGR deberá fincar responsabilidades en contra de quien resulte responsable, incluido el propio Vicente Fox”.

A su vez, el coordinador del grupo parlamentario del PRD, Carlos Navarrete, se pronunció porque los exfuncionarios federales rindan cuentas ante las denuncias de supuestas irregularidades.

“En primerísimo lugar el secretario del Trabajo del gobierno de Fox tendrá que responder por sus responsabilidades, de confirmarse que efectivamente fue una toma de nota ilegal, irregular, avalada con documentos no sustentados legalmente, con firmas apócrifas, y lastimando evidentemente la autoridad de un sindicato importante”, expresó el legislador perredista.

En contraparte, el coordinador del PAN, Santiago Creel, pidió esperar el fallo de las autoridades correspondientes y no entorpecer las investigaciones.

“Tienen que hacerse las investigaciones y no voy a emitir un juicio a priori. No me quiero convertir ni en ministerio público ni en juez porque ni he visto las pruebas ni tampoco los dictámenes o los peritajes de primera mano para dar un juicio completo, veraz y objetivo”, apuntó.

Aunque en una democracia no es muy digno de simpatías un líder sindical vitalicio que heredó su puesto de su propio padre (Napoleón Gómez Sada, el cual murió en el 2002) usando dicho puesto para acumular una enorme fortuna personal, mucho menos digno de simpatías lo puede ser un Presidente de México que envileciendo a su alta investidura y recurriendo oportunísticamente a una enorme tragedia social no vacila en usar el incidente para maquinar a escondidas, recurriendo a artes chuecas, la destrucción de ex-aliados que ya no le son útiles a sus negros propósitos. Peor aún, detrás de todo lo sucedido, parece que siempre hubo un complot típico de las conjuras que los asociados a la ultraderecha son tan afectos a urdir, como lo comenta un editorial de Raymundo Riva Palacio titulado “Complot Minero”, publicado en EL UNIVERSAL el lunes 16 de abril del 2007, el cual consigna lo siguiente:

Intereses oscuros a favor del Grupo México llevaron al gobierno foxista al límite de la legalidad con el sindicato de los mineros

La historia detrás de lo que está sucediendo en el interior del sindicato minero poco tiene que ver con la vida sindical. Atrás de las maniobras ilegales de altos personeros de la administración foxista para destituir y reemplazar liderazgos sindicales, se oculta la lucha entre dos magnates de la minería que utilizaron como peones de ajedrez a Napoleón Gómez Urrutia y a Elías Morales, la colusión de varios miembros del gabinete de Vicente Fox con uno de ellos, el pánico de su ex superasesor Ramón Muñoz de que la desgracia en la mina de Pasta de Conchos -que sucedió en el contexto de esa lucha- fuera utilizada electoralmente por Andrés Manuel López Obrador, y el choque de agendas personales dentro de un equipo de gobierno donde el ex presidente había perdido el control. ¿Confundido?

El episodio de la restitución de Gómez Urrutia al frente del sindicato minero comienza con una estrategia empresarial que nada tenía que ver con él. En la segunda parte de 2005, Germán Larrea, accionista más poderoso del Grupo México, decidió buscar la compra de Altos Hornos de México (AHMSA), de Alonso y Jorge Ancira, nada transparentes al igual que Larrea, y el segundo de los hermanos prófugo de la justicia. El problema de Larrea era que sus últimas operaciones, particularmente en Sudamérica, habían sido cuestionadas por la poca transparencia de sus actos y resultado muy onerosas, por lo que una nueva compra, ante sus eventuales futuros financiadores, tendría que ser muy bien explicada y debidamente justificada. En esa ruta estratégica, Gómez Urrutia era un estorbo.

Cuando los Ancira se dieron cuenta de los intereses de Larrea, pusieron en movimiento a Gómez Urrutia. No les costó mucho trabajo. No sólo el dirigente de los mineros era muy cercano a Jorge Larrea, sino que su hijo, Alejandro Gómez Casso, quien como el padre se encuentra en Canadá por el presunto fraude de 55 millones de dólares, era empleado de AHMSA. Gómez Urrutia, que nunca fue minero, había sido reconocido como líder de los mineros por el primer secretario de Trabajo foxista, Carlos Abascal, en un trabajo jurídico que realizó su entonces subsecretario, Fernando Franco, a quien hizo posteriormente magistrado de la Suprema Corte.

Pese a las denuncias de los mineros contra Gómez Urrutia, Abascal lo apoyó. Podría ser coincidencia que en el lapso del respaldo, tras torcer la ley, el sindicato minero, históricamente combativo -de hecho, es uno de los pies de crianza de esta nación-, aceptara sin mayores problemas las privatizaciones en la industria. Pero el interés de Larrea en AHMSA y en encontrar un dirigente sindical que le diera, precisamente, las reformas al contrato colectivo para hacer viable y factible la operación, agotaron la vida sindical de Gómez Urrutia a ojos del gobierno foxista. Larrea venía primero.

A principios de febrero, en una acción que se mantuvo en secreto hasta muy recientemente, la Secretaría del Trabajo, para entonces al encargo de Francisco Salazar, un títere de Abascal -ya nombrado secretario de Gobernación-, que tenía como subsecretario a una figura central en este episodio, Emilio Gómez Vives, gente muy cercana a Larrea, hicieron la toma de nota del nuevo líder minero, Elías Morales, lo que significaba la destitución legal de Gómez Urrutia. Todo se hubiera podido consumar con una adquisición hostil de AHMSA, salvo que el día 19 se dio la explosión en Pasta de Conchos, una mina operada por el Grupo México, que hizo quedar atrás los intentos de compra. Los secretarios de Gobernación y del Trabajo se toparon con una situación de vulnerabilidad y altamente delicada. Incluso, días después de la tragedia, Salazar reconocía públicamente a Gómez Urrutia como líder, aunque en realidad ya habían falsificado firmas para destituirlo días atrás.

Pasta de Conchos tenía conmocionado al país cuando el superasesor de Fox, Ramón Muñoz (¡un juramentado de la Organización Nacional del Yunque!), recibió en Los Pinos al consultor político Dick Morris, quien al ilustrarle el problema político que les representaba la pasividad en plena campaña presidencial, le pidió que pensara qué sucedería “si al día siguiente llegara López Obrador a Pasta de Conchos a rascar la tierra con sus propias manos” sumándose al rescate. Muñoz no lo pensó mucho. Lo que se vino fue una acción muy violenta contra Gómez Urrutia, presionando por todos lados para que actuaran en contra del líder, llegando el ex presidente a solicitarle al gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, estado donde se encontraba la mina y la sede del dirigente sindical, que lo arrestara. Muñoz no sabía lo que se traían entre manos Abascal y Salazar, y no se sabe si Fox estaba enterado. Sin embargo, un alto funcionario del gobierno calderonista estima altamente improbable que el ex presidente no estuviera al tanto.

Las secciones sindicales leales a Gómez Urrutia reaccionaron con violencia cuando el gobierno foxista los embistió. Cuando uno de sus lugartenientes, Juan Linares Montúfar fue detenido en el aeropuerto -y liberado después por deficiencias en el procedimiento-, lanzaron acusaciones contra Abascal de que los había traicionado al haber incumplido su promesa de no aprehender a ninguno de los mineros acusados de fraude, asociación delictuosa y lavado de dinero, además de restituir a su líder, a cambio de levantar el paro en la planta de Sicartsa, en Michoacán. Lo que no sabían era que la virulencia contra el dirigente prófugo no había sido ordenada por Abascal, sino por Muñoz, aunque en efecto, las extrañas relaciones de los secretarios de Gobernación y del Trabajo con Larrea en su intento de compra de AHMSA habían dado pie a la defenestración de Gómez Urrutia.

Este episodio que nació de la protección a un empresario y la lucha de otro por el control de mineras, que dejó muertos en el camino y trastocó por completo la vida sindical, hoy ha saltado a otro nuevo estadio. ¿Qué va a hacer el gobierno de Felipe Calderón? El secretario del Trabajo, Javier Lozano, dice que serán los sindicalistas quienes decidirán a quién desean como líder. Bien, pero insuficiente. Abascal, Salazar, Franco y Gómez Vives, por mencionar a cuatro personajes importantes, tienen mucho que explicar no ante la opinión pública sola, sino ante las autoridades. Desde septiembre pasado, el entonces procurador Daniel Cabeza de Vaca, hoy asesor jurídico en Los Pinos, encontró los peritajes de las firmas falsificadas para dar la toma de nota a Elías Morales. No se actuó: Abascal y Salazar eran miembros del gabinete. ¿El presidente Fox? Él calló. Es inverosímil que tanto se jugara frente a sus ojos sin que supiera o se diera cuenta. Desde el 12 de febrero pasado, la Secretaría de la Función Pública inició auditorías en la Secretaría del Trabajo sobre este caso. Nadie lo dice abiertamente en el gobierno, pero quieren ir judicialmente en contra de los funcionarios responsables de las ilegalidades. Y al menos un secretario foxista está en la mira.

El mismo día en que apareció este editorial, por orden judicial fue reinstalado el líder del sindicato minero Gómez Urrutia.

Por si todo lo anterior no bastase para exponer y exhibir el cinismo y la hipocresía de un sujeto que en beneficio propio terminó engañando a una nación entera, tenemos a continuación el siguiente editorial publicado en el número 2832 de la revista Siempre! a unos cuantos días de que Vicente Fox y Marta Sahagún hicieran una ostentación injuriosa de su riquezas acumuladas en un reportaje histórico publicado por la revista Quién:

Impunidad
Editorial
Revista Siempre!
23 de septiembre del 2007

El despliegue cínico y descarado de ostentación y lujo del ex presidente Vicente Fox y su esposa, Marta Sahagún de Fox, ha provocado la indignación de la sociedad mexicana.

La exhibición de riqueza en una revista del corazón —Quién— nada tiene que ver con la escuela filosófica de los cínicos, fundada por el griego Antístenes 400 años antes de Cristo. Aquella escuela filosófica predicaba la vida simple y frugal.

La ostentación en la entrevista tiene todo, menos simple y frugal. Lo publicado se parece más al cinismo claramente definido en el diccionario como “desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables”.

El cinismo se expresa en la insolencia grosera con que Fox y su esposa se niegan a resignarse a dejar de estar lejos de las candilejas, del escenario del poder. Ese insano afán de ser llamado “presidente” reta al actual ocupante de Los Pinos, y de alguna manera con su comportamiento lo desafía a actuar en su contra, amparado en el puesto conseguido en la organización internacional de la Democracia Cristiana. A pesar de lo vivido, a los mexicanos nos es imposible perder la capacidad de asombro cuando se escuchan las historias contadas por antiguos colaboradores, quienes por las razones que sean han demostrado que antes de ser presidente de México no contaba con los recursos suficientes ni siquiera para mantener la finca en que dice vivió con su ex esposa, Lilián de la Concha; finca convertida en el palacete groseramente exhibido.

La insolencia grosera hace imposible evitar escandalizarse por el sexenal enriquecimiento de los Fox, el cual confirma el brutal engaño a quienes hace siete años lo eligieron como presidente. “Vamos a sacar al PRI de Los Pinos para acabar con la corrupción”, pregonaba en 2000 durante su campaña presidencial.

Como en la historia de Lampedusa, a juzgar por los hechos, todo cambió, pero para seguir igual.

Lo que obtuvieron los ciudadanos mexicanos fue una presidencia dislocada, sin sentido del Estado y de la responsabilidad que significa ser presidente de México. Una presidencia dislocada porque irresponsablemente prefirió el dejar hacer y el dejar pasar.

Ese dejar hacer y dejar pasar tuvo su más perversa expresión en una irresponsable cesión de facultades, gracias a las cuales la señora Marta Sahagún de Fox pudo ejercer funciones políticas, de tales dimensiones que durante algunos meses abrigó la ambición de ser el candidato presidencial del Partido Acción Nacional en 2006. Cuentas políticas que nunca fueron saldadas.

No basta para la indignada sociedad mexicana, un comunicado en el cual presume sus declaraciones patrimoniales. Al respecto, de lo menos que acusa a Fox su ex colaborador Lino Korrodi es de inconsistencia en sus declaraciones patrimoniales y de irregularidades en el manejo de la Fundación Vamos México, eje y puntal del personal proyecto de la esposa del ex presidente.

Aún no han sido suficientemente aclaradas las acusaciones de corrupción contra los hijos de la señora de Fox, quizá por razones políticas, quizá por razones de partido. Si como alega el ex presidente Fox todo se explica en sus declaraciones y no tiene nada que ocultar, bien podría hacer un recuento de sus ingresos durante los años que fue presidente de México y del cómo fueron gastados.

El gobierno del presidente Calderón ha actuado con mucha prudencia, excesiva prudencia para algunos. No obstante, el escándalo crece como una bola de nieve y el gobierno del presidente Felipe Calderón está obligado a volver a revisar las cuentas de su antecesor y los asuntos sexenales de su familia política.

Ya no puede conformarse la sociedad mexicana con explicaciones en escuetos comunicados. Es tiempo de dar las más amplias explicaciones. Quizá en el gobierno del presidente Calderón se evalúa el costo-beneficio de atender las demandas de la sociedad en el caso Fox. Si se realiza una investigación no puede concretarse a las finanzas personales del ex presidente, debe ampliarse a la Fundación Vamos México y sus relaciones con los factores de poder.

Determinar el alcance de los negocios de los hijos de la señora Fox. Averiguar la veracidad de las acusaciones de usar descaradamente la influencia para hacer negocios que muchas veces violaron la legalidad. No le puede apostar el gobierno calderonista a la desmemoria, porque puede estar seguro que dentro de poco otra vez los Fox aparecerán con otro despliegue insolente de la riqueza obtenida.

Los escándalos de una administración, aun durante las presidencias priístas, siempre salpican a la investidura presidencial. Y ésta ha sido suficientemente vapuleada como para no permitir que eventuales actos ilegales de Fox y su esposa salpiquen al gobierno del presidente Calderón.

Los mexicanos tienen mucho que reclamarle a Vicente Fox. Reclamarle seis años de desgobierno, de estancamiento económico, de atraso sólo paliado por casi tres millones de mexicanos que emigraron a Estados Unidos.

Más que nada, reclamarle sus promesas incumplidas, reclamarle el cambio que nunca llegó. Reclamarle haberlos engañado. Porque en 2000 eligieron a un ranchero franco y desinhibido. Resultó un ranchero ladino y perverso.

El presidente Calderón no está obligado con Fox y su esposa. Ellos, Fox y su esposa, hicieron todo para impedir que Calderón fuera siquiera candidato. La obligación del presidente Calderón es responder a la indignación de los mexicanos. Y políticamente responder a la grosera insolencia de los Fox y su cínica exhibición de enriquecimiento.

Si actúa, el gobierno calderonista obtendrá el respaldo de todos los mexicanos justamente indignados.

Y al día siguiente en el que apareció publicado el anterior editorial, en una nota no relacionada Milenio Diario publicó algo interesante en donde documentó el faraónico despilfarro en viajes con cargo al erario público en el que estuvo incurriendo Marta Sahagún de Fox como “primera dama”, el cual ascendió por lo menos a 17.9 millones de pesos:

Marta gastó en viajes 17.9 mdp
Rafael López y Roberto López
MILENIO
24 de septiembre del 2007

Durante la presidencia de su esposo, Vicente Fox, Marta Sahagún efectuó 134 viajes dentro de México y 21 giras al exterior, con un gasto de 17 millones 970 mil 869 pesos, según datos entregados por la Unidad de Enlace de la Presidencia a petición del Instituto Federal de Acceso a la Información.

Pero esas cifras podrían ser mayores, porque hay giras de las que no se informa.

Excepto el primer y último año de la administración de Fox, en los que sólo viajó durante seis meses, en el periodo 2002-2005 Sahagún acumuló un promedio de dos y hasta tres viajes al mes durante todo el año.

Las entidades más visitadas por la esposa del ex presidente fueron Michoacán (17 giras), Estado de México (13), Guanajuato (10), Jalisco (10) y Nuevo León (8).

Las menos visitadas fueron Aguascalientes, Baja California, Colima, Chiapas, Tabasco, Tlaxcala y Zacatecas. Según el reporte, Marta Sahagún viajó a su natal Zamora, Michoacán, dos veces en 2001, tres en 2002 y una más en 2004.

Respecto de los viajes al extranjero, destaca que 12 de las 21 giras fueron a Estados Unidos.

En respuesta a la solicitud 0210000137907, el IFAI entregó a MILENIO una relación de las giras nacionales e internacionales realizadas por la esposa del ex presidente Fox, desde el 1 de diciembre de 2000 hasta el 30 de noviembre de 2006, con fechas, lugar y relación de gastos por transporte y equipos de seguridad y logística.

Según esta información, el año que más gastó fue 2005: 3 millones de pesos en 30 viajes. Aunque en 2006 gastó en 15 giras 2 millones 300 mil pesos.

El año que menos gastó fue 2001: 630 mil pesos en 10 viajes, todos a partir de julio, después de que se casó con el entonces presidente.

Sin embargo, hay entidades que no aparecen mencionadas en el informe. Según éste, Sahagún no habría visitado, o por lo menos no se reportan gastos, en Chihuahua, Sinaloa, Sonora y Tamaulipas.

No obstante, en una revisión de la página de internet de Sahagún, a la que se puede acceder desde el portal de la Presidencia de Vicente Fox, aparecen boletines de prensa y fotografías de ella con mujeres en Ciudad Juárez, el 27 de marzo de 2006; entregando sillas de ruedas en Tampico, el 6 de septiembre, e inaugurando un encuentro en Mazatlán, el 16 de octubre del mismo año.

El informe también omite viajes internacionales. Sahagún no sólo viajó al Vaticano durante el nombramiento de Benedicto XVI, también estuvo el 8 de abril durante el funeral de Juan Pablo II y, en 2002, acompañando a Fox, viaje en el que se produjo el polémico beso en la Plaza de San Pedro.

El sitio oficial de Sahagún también contiene varios viajes al exterior que no se muestran en el informe.

Algunos de estos destinos son: 2002, Argentina, Sudáfrica y Nigeria; 2004, Canadá, y 2006, Corea y España.

También en la página oficial de Fox, al filtrar las giras internacionales del ex mandatario, el buscador arroja 91 resultados que contienen Marta Sahagún dentro de los boletines de los viajes presidenciales.

El informe entregado al IFAI sólo enumera 21. Además, en cinco ocasiones realizó dos viajes por día en los que recorrió 10 entidades, pero el informe no desglosa cuánto gastó en cada una; sólo menciona el total: 729 mil pesos.

Por último, los viajes más caros de la esposa del ex presidente fueron a Yucatán, el 24 de marzo de 2006, con un costo de 273 mil pesos, y Apodaca, Nuevo León, el 25 de agosto de 2005 (199 mil pesos).

Los más baratos fueron unos al Estado de México, con un costo promedio de entre mil 500 y 3 mil pesos.

Una semana después, el conocido columnista Raymundo Riva Palacio escribía el siguiente artículo para su publicación en EL UNIVERSAL exhibiendo la voracidad de la "primera dama":

Mendiga de lujo
Raymundo Riva Palacio
EL UNIVERSAL
3 de octubre del 2007

Durante años, la señora Marta Sahagún presionó a empresarios para que aportaran recursos a Vamos México, algunos de los cuales, se empieza a conocer, terminaron en sus bolsillos.

Por la parte más frágil se deshoja siempre la margarita. Luis Miguel Moreno, propietario de CMM Consultores, le reveló al reportero Alberto Aguirre, de EL UNIVERSAL, que el jeep rojo todo terreno con el cual ha aparecido Vicente Fox en varias fotografías no fue producto del esfuerzo del ex presidente, sino, muy probablemente, del de su esposa, Marta Sahagún. Moreno contó que en 2001 logró un contrato con la Fundación Vamos México para comercializar 5 millones de boletos tipo “ráscale”, y que conforme iban aumentando sus pedidos igual se incrementaban las solicitudes extraordinarias de la ex primera dama. Como por ejemplo, cuando en 2002, para celebrar el Informe presidencial, le pidió un jeep como el que usaba el presidente George W. Bush en su rancho en Texas. El 1 de septiembre de ese año, con una factura a nombre de otra persona, lo entregó en Los Pinos.

La revelación de Moreno es tremendamente significativa, pues por primera vez pone al descubierto el modus operandi que empleó la ex primera dama durante el arrogante reinado que presidió en Los Pinos. Mendiga de lujo, la señora Sahagún ejerció una permanente presión sobre la clase empresarial y en los círculos de poder político para allegarse bienes, conseguir recursos y obtener protección para su familia, sin pensar que, quizá en el futuro, le empezarían a cobrar las facturas. Moreno abre esa puerta, que es profunda y a veces parece interminable.

Marta Sahagún era terriblemente encajosa. Una de las perlas más significativas se dio en octubre de 2001, cuando para el lanzamiento de Vamos México organizó en el Castillo de Chapultepec un concierto con Elton John. No fue una función filantrópica, sino bajo el esquema de recaudación de fondos. Pero tampoco fue voluntaria, sino forzosa. La señora se dedicó a hablar a empresarios de todo tipo para presionarlos a que le compraran mesas de 10 lugares, a 10 mil dólares el cubierto, como su contribución a tan noble tarea. Muchos empresarios, aunque refunfuñando, compraron mesas completas.

Marta Sahagún también era atrabancadamente encajosa. Trepadora social, no había tenido realmente una oportunidad para encontrarse en el lugar adecuado. En Celaya, donde vivía con su familia antes de involucrarse con Fox, alternaba la venta de quesos en las esquinas con la atención a su botica veterinaria. Su vestuario, del que tanto se habla, era muy modesto en aquellos años, e incluso en los que fungió como responsable de comunicación social del entonces gobernador de Guanajuato, su futuro esposo Vicente. Cuando ganó la elección y era presidente electo, su ex amigo y cerebro financiero de Amigos de Fox, Lino Korrodi, le daba dinero para que se comprara mejores ropitas y zapatos. Pedir nunca se le quitó. Con el paso del tiempo llegó a pedir —y le dieron— ropa fina que llegó a ver en las casas de algunas amistades coyunturales que adquirió como primera dama.

Este hábito, narrado por algunas damas de la más alta sociedad que la padecieron y la despreciaban en su fuero interno, fue desapareciendo. Marta Sahagún fue acumulando bienes comprados con dinero que no tiene huellas aparentes. La ropa, paradójicamente, la desnuda. Hay propietarias de boutiques en la aspiracionista avenida Mazaryk en la ciudad de México que recuerdan cómo llegaba, regularmente con sus escoltas, a vaciar los estantes de Escada, Prada y Channel. Sus vestidos más baratos costaban 15 mil pesos, y en la remodelación de Los Pinos, cuando Fox decidió construir dos “cabañas”, su recámara estaba tan atiborrada de ropa que los anaqueles para colgarla empezaban prácticamente al pie de la cama.

La nueva rica también era miserable en el alma. No tuvo reparo en golpear sistemáticamente a las hijas adoptivas de su esposo Vicente, a quienes les cerró la cartera. Peleó contra la mayor, Ana Cristina, quien jugó siempre del lado de su madre adoptiva, Lilián de la Concha. No pudo con la señora de Los Pinos. Fox decidió cancelar de una vez por todas las disputas palaciegas de la familia, y mandó una larga temporada a Ana Cristina, a la segunda hija, Paulina, y a su madre, Lilián, a Europa. Se fueron a Florencia, Italia, pero no fueron mantenidas por Fox. Quien se hizo cargo de ellas fue el empresario tapatío y accionista mayoritario del Grupo Fertinal —que emprendió con éxito una larga demanda contra ING—, Fabio Covarrubias, quien sufragó todos sus gastos hasta que las jóvenes se mudaron a Madrid a estudiar.

En la capital española el ex presidente volvió a hacerse cargo de sus hijas, pero de manera muy limitada. Les enviaba a las dos menos de mil 500 dólares al mes —una cifra nada cómoda para vivir—, con lo cual podían pagar un piso modesto en el barrio universitario y moverse en transporte público. Nada que ver con otros familiares de ex presidentes que vivieron en el exterior. Pero las carencias de unas eran las bonanzas de otros, los hijos de la señora, los Bribiesca Sahagún. Para ellos Los Pinos y los privilegios. Y los aviones del Estado Mayor Presidencial puestos a su disposición para lo que se les ocurriera. La señora no tenía límites.

Ella misma había pedido a dos empresarios, un textilero y otro propietario de medios de comunicación, que introdujeran a su primogénito Manuel en el mundo de los negocios. Así fue. El joven Manuel voló rápido. Se metió a la construcción y en negocios aún no terminados de discernir, en los que las presiones directas de la ex primera dama hacia el ex director de Aduanas, José Guzmán Montalvo, facilitaban las cosas. No se han podido probar actividades ilícitas de ambos, pero cuando la periodista argentina Olga Wornat publicó su libro La Jefa, donde recopilaba algunas de las imputaciones de presunta corrupción de los hijos de la señora, hubo otros medios que decidieron seguir el tema. Ahí volvió a mostrar su mano implacable. Cuando el dueño de una importante publicación envió a varios reporteros a León a investigar a sus hijos, le habló para canjearle la protección a su hijo Manuel por ayudarle a resolver un problema judicial del primogénito del periodista. Así se hizo.

La colusión y las componendas que existieron han impedido profundizar en la investigación sobre la (ex) familia presidencial. Pero las revelaciones de Moreno abren nuevas formas de analizar el presunto enriquecimiento del ex presidente y de su avorazada Dulcinea. No es un trabajo arqueológico, pero sí metódico. El trabajo de Aguirre abre el cascarón de resentimiento de un empresario que, se puede decir, fue cuando menos chantajeado por la señora Sahagún, quien le pidió pago en especie a cambio de contratos para Vamos México. Moreno no es la excepción, y puede ser el principio del fin del deshoje de la margarita. Es la historia que siempre se ha esbozado en la Fundación Vamos México, parapeto de los abusos y excesos de una señora a la que hay que ponerle un hasta aquí.

Tras esto, en otro reportaje publicado cuatro días después de la anterior columna por la revista PROCESO, en su edición 1614 esta publicación elevó aún más los despilfarros llevados a cabo por Marta Sahagún con cargo al pueblo de México, según lo podemos ver en el siguiente extracto:

La dama voraz
Daniel Lizárraga
PROCESO
7 de octubre del 2007

Desde que se casó con Vicente Fox, justo un año después de que éste ganara las elecciones, Marta Sahagún se soltó y no hubo quien frenara su apetito consumista.

Durante cinco años, cuando estuvo en Los Pinos al lado de su esposo Vicente Fox, Marta Sahagún tuvo una clave presupuestal asignada por el mandatario.

Por medio de ésta –la número 112-2– en ese período dispuso de 14 millones 367 mil 325 pesos, que destinó a montar y acondicionar su oficina con pisos de mármol, baño de marfil, accesorios de plata y arreglos florales. Tales fueron sus “gastos de orden social” y “de protocolo”.

Ese derroche con cargo al erario federal fue equivalente, por ejemplo, a todo lo que invirtió recientemente la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) en la rehabilitación de 960 viviendas de familias pobres en Manzanillo, Colima.

Con el aval del presidente utilizó durante cinco años esa clave presupuestal para comprar muebles, platería, ropa exclusiva, perfumes, arreglos florales... No conforme, pagó sus viajes y los de sus colaboradores. Según las facturas obtenidas por Proceso, el dispendio comprobable fue cercano a los 26 millones de pesos.

Esta impactante avalancha de revelaciones, muchas de ellas apoyadas documentalmente, mostraron sus efectos cuando en una entrevista llevada a cabo el martes 16 de octubre del 2007 al ex-Presidente Vicente Fox por uno de los entrevistadores estrella de la cadena de televisión hispana Telemundo, Rubén Luengas, Fox estalló y se comportó en una forma francamente altanera y grosera cuando el entrevistador empezó a citar las fuentes documentales, enzarzándose en un acalorado debate, poniéndose a la defensiva, llamando frente a las cámaras al entrevistador Luengas un mentiroso para luego levantarse marchándose contrariado del estudio televisivo, dando por terminada la entrevista. De nada sirvió que Luengas le aclarase a Fox que había votado por él en las elecciones presidenciales del 2000 y que quería darle una oportunidad para responder en vivo ante el teleauditorio a cada uno de los documentos acusatorios. Dos días después, MILENIO publicó el jueves 18 de octubre del 2007 un fotomontaje humorístico en el que Fox aparece enfundado en una camisa de fuerza , citándolo textualmente con sus propias palabras: "¿Cuántas veces les tengo que repetir que mis propiedades no son mías? ... y que no las uso, nomás las manejo" (¿?). Y en otro artículo, REFORMA encabezó la nota del escándalo con el título "Estalla ex presidente en la TV".

No en vano la impresión generalizada que tiene el pueblo de México de la codiciosa y exhibicionista ex-Primera Dama Marta Sahagún es la que ella misma nos dá en la siguiente fotografía (la cual no es un fotomontaje):




Si Anabel Hernández se hubiese esperado tan sólo unos cuantos meses para la publicación de su libro, habría tenido material adicional sobre la corrupción foxista suficiente como para convertirlo en un libro de varios volúmenes que por su extensión posiblemente no habría sido leído ya por nadie. Y es que, con estos campeones de la extrema derecha mexicana, las malas noticias parecen un cuento de nunca acabar.


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POST SCRIPTUM:


Confirmando las múltipes denuncias puestas por muchos en contra de los hijastros de Vicente Fox, los hermanos Bribiesca, el 18 de agosto del 2008 se dió a conocer en todo México que una comisión de Diputados concluyó que, efectivamente, los hermanos Bribiesca incurrieron en tráfico de influencias y obtuvieron contratos de forma ilegal para enriquecerse desmedidamente aprovechando la posición de su padrastro como Presidente de la República, como podemos leerlo en la siguiente nota:

MÉXICO, D.F.- La comisión especial de diputados que investiga la legalidad de los negocios de los hermanos Bribiesca, hijos de Marta Sahagún, concluyó que las empresas Construcciones Prácticas y Fénix Administración de Activos, S de RL de CV, obtuvieron ilegalmente contratos y millonarias ganancias por subastas del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB).

Según el informe de conclusiones de la “comisión especial encargada de revisar la legalidad de los contratos otorgados por organismos descentralizados a la empresa Construcciones Prácticas, y cualesquiera otras que tuvieran relación con la misma”, los hermanos Bribiesca triangularon negocios por medio de empresas y el IPAB para ganar las mejores subastas a precios muy por debajo de lo valuado.

Se denuncia que era obvia la relación de parentesco de los operadores de la empresa Construcciones Prácticas con la familia presidencial, lo que configura el delito de tráfico de influencias durante el proceso.

El documento contiene 12 conclusiones y algunas recomendaciones, entre las que se encuentran ejercer acción penal en contra de los servidores públicos vinculados a los contratos con la empresa Construcciones Prácticas, así como una auditoría externa al IPAB. “Para determinar si el IPAB cumplió con el seguimiento que de acuerdo a la ley debe observar en los procesos de subasta y licitaciones, sin menoscabo de las responsabilidades que se deban fincar a los servidores públicos involucrados”, señala el documento.

Con base en el informe, el IPAB no cumplió con las funciones que tiene encomendadas, consistentes en vigilar permanentemente el desempeño del tercero especializado Fénix Administración de Activos, según lo previsto en el artículo 62 de la Ley de Protección al Ahorro Bancario.

“Los contratos celebrados por Fénix Administración de Activos con la empresa Construcciones Prácticas son ilegales por tener vicios de origen, derivados de la falta de observancia a las sanas prácticas que en cualquier tipo de subasta y licitación en los que se manejen recursos públicos, se deben hacer valer, como son la concurrencia, igualdad y publicidad.

“Lo que no se cumplió al tener acceso al ‘cuarto de datos’ con anterioridad a que fuera aprobado para concursar, motivo por el cual este procedimiento resulta irregular e ilegal, por contravenir lo dispuesto con las bases de licitación”, señala el proyecto de conclusiones de la comisión.

En la propuesta de Elías Cárdenas, diputado de Convergencia que encabeza la comisión especial, se evidencia que en el caso de la subasta de un predio rústico se realizó un trámite irregular.

“Precisando que la persona que asumió dichas obligaciones mantenía y tiene un parentesco por afinidad con el entonces titular del Ejecutivo federal, lo que le impedía participar en cualquier etapa del proceso de subasta… sin que ningún servidor público haya notificado de esta situación de conflicto de intereses”.

Así, la comisión detalla, una a una, las ilegalidades de cada contrato que, por vía directa o por empresas terceras, Construcciones Prácticas obtuvo en el sexenio de Vicente Fox.

“Se deja en evidencia que en todo momento se violentaron las disposiciones legales que rigen las subastas y licitaciones públicas… resulta procedente iniciar los procesos administrativos y judiciales correspondientes en contra de los servidores públicos involucrados del IPAB, que se condujeron con reticencia y de forma omisa ante las irregularidades advertidas”.

Naturalmente, todas estas acusaciones, denuncias y reclamos le importan muy poco a la ahora famosa ex-pareja presidencial, que al fin y al cabo lo importante es enriquecerse a manos llenas en forma desmedida haiga sido como haiga sido. Cuesta trabajo creer que el Partido Acción Nacional pudo llegar a la Presidencia de la República usando como una de sus banderas precisamente el tema del combate a la corrupción, materia en la que a fin de cuentas demostraron no ser mejores que sus predecesores, inclusive superándolos en muchos aspectos, sobre todo el que tiene que ver con la cuestión de la impunidad.

 Pese a que los datos proporcionados en la nota dada arriba publicada el 18 de agosto del 2008 fueron del dominio público y fueron bastante conocidos y difundidos por muchos medios de comunicación, nadie dentro del Partido Acción Nacional ni panista alguno laborando dentro del gobierno lo cual incluye deasde luego al mismo Presidente Felipe Calderón movió jamás un solo dedo para que se llevase ante la justicia a los hijastros del primer Presidente derechista de México Vicente Fox y para que se les metiese a la cárcel, y puesto que se requiere de un hampón para encubrir a otro, ¿qué otra cosa podría pensar un observador externo sino llegar a la conclusión de que todo, absolutamente todo dentro del PAN se pudrió y se corrompió hasta la misma médula desde abajo hasta los estratos superiores?

Sin embargo, el hecho de que a ninguno de los corruptos hijastros del guanajuatense pro-Yunquista Vicente Fox se les tocase jamás en México un solo pelo, no los protegió de que en otros países en donde sí hay la justicia que la derecha ultraconservadora le estuvo negando en México a los mexicanos se les acusara formalmente ante los tribunales llevándolos a juicio encontrándolos culpables. Hubieron de pasar cuatro años (desde el 2008 hasta el 2012) para que fuera de México le cayera la horca de la justicia a uno de los putrefactos hijastros de Fox, como lo documenta la siguiente nota:

Hijastro de Fox se declara culpable de fraude
Anabel Hernández
Agencia APRO
7 de octubre del 2012

El 14 de septiembre último Manuel Bribiesca Sahagún acudió a la Corte de Distrito Sur de California, donde está radicada una denuncia en su contra desde 2008 por “encubrimiento de delito grave”, y sin más se declaró culpable de las imputaciones presentadas en su contra por el gobierno de Estados Unidos a través de la fiscal Laura E. Duffy.

Luego de cuatro años de ser prófugo de la justicia, el hijo mayor de Marta Sahagún admitió ante la justicia estadounidense que sí participó de manera activa en un fraude cometido contra compradores de gas de la empresa estadounidense México Gas, de la que él se ostentó como representante, presidente y propietario. El Servicio de Alguaciles de Estados Unidos le tomó sus huellas digitales para incorporarlas en su banco de datos.

Distrito Federal— De acuerdo con el expediente criminal 8-cr-4274-JAH, al cual tuvo acceso la reportera, el hijastro del ex presidente Vicente Fox pagó una fianza de 75 mil dólares (975 mil pesos) para evitar ir al Centro Correccional Metropolitano y enfrentar en libertad el juicio en su contra.

En mayo pasado este semanario publicó un reportaje sobre el caso apoyado en documentos y testimonios del Federal Bureau of Investigation (FBI), que incluyen copias de transacciones bancarias, según los cuales Bribiesca Sahagún participó en Estados Unidos en un fraude para estafar a la firma North Star Gas, de Grupo D’Amiano, a la que le revendió gas LP a sobreprecio (Proceso 1854).

Por esos hechos y en un acto sin precedentes, el gobierno estadounidense giró una orden de aprehensión contra el hijastro de Fox el 9 de diciembre de 2008.

En una carta enviada el 14 de mayo pasado al diario AM de León, Guanajuato –en cuyas páginas se reprodujo el reportaje publicado por Proceso–, Bribiesca Sahagún afirmó que las acusaciones en su contra eran falsas. Dijo que había probado su inocencia ante las autoridades de California y que el caso, abierto en esa localidad, estaba resuelto.

“No omito señalar, que este nuevo ataque del que soy objeto tiene a todas luces tintes políticos, tan reprobables como evidentes. Lo cual es lamentable para nuestra democracia”, arguyó Bribiesca Sahagún en su misiva. Ahora se sabe que mintió.

El expediente criminal

El Grupo D’Amiano, fundado por Antonio D’Amiano hace 58 años, se dedica a la compra, almacenamiento y distribución de Gas LP en Estados Unidos. De acuerdo con el expediente del caso criminal, su subsidiaria North Star Gas fue creada para “buscar proveedores de gas en Estados Unidos y enviar el gas a Star Gas (en Tijuana) a través de Pemex”.

Sergio Ruiz Ríos, ex superintendente general de Pemex Gas y Petroquímica, quien fue inhabilitado por la paraestatal a causa de malos manejos, fue cómplice de Bribiesca Sahagún en el fraude. Él trabajaba en North Star Gas y a su vez fungía como prestanombres del hijastro del ex presidente Fox en la empresa México Gas, creada por éste en California.

Ruiz Ríos declaró al Grupo D’Amiano que México Gas surtía combustible a North Star Gas. En la exposición de hechos, presentada por la fiscalía el 23 de enero de 2008, Ruiz Ríos organizó una reunión de negocios en Houston, Texas, para presentar a la gente de Grupo D’Amiano con el dueño de Mexico Gas: Bribiesca Sahagún.

El propósito: aparentar que la compañía México Gas era una empresa legítima. Y aunque en ese encuentro el hijo de Marta Sahagún insistió en que él era el “dueño” y el presidente de Mexico Gas, en realidad su empresa compraba el combustible a la compañía Centenal y lo revendía a sobreprecio a North Star Gas, lo cual ocasionó graves pérdidas a la compañía.

Durante meses, según la fiscalía californiana, Bribiesca Sahagún actuó como “dueño de Mexico Gas”; envió correos electrónicos, hizo innumerables llamadas, e incluso exigió los pagos a North Star.

Según la declaración jurada de un agente del FBI –incluida en el expediente criminal–, en septiembre y noviembre de 2007 México Gas hizo depósitos bancarios por 45 mil dólares a varias cuentas de Ivonne Vázquez Mellado, la esposa de Bribiesca Sahagún, abiertas en bancos de Houston.

La confesión

En diciembre de 2008, cuando el gobierno de Estados Unidos giró la orden de aprehensión en su contra, el “dueño” de Mexico Gas buscó la protección de su padrastro y su madre en México.

La controvertida pareja, señalada por sus excesos y presuntos actos de corrupción durante el sexenio pasado, fingía que todo estaba bien. Durante meses, la sociedad mexicana no supo que el hijastro de Fox era prófugo de la justicia.

Fue hasta el 21 de mayo pasado –días después de que Proceso informó sobre el caso en el que estaba implicado– cuando Manuel Bribiesca Sahagún contrató al abogado David L. Baker para que lo defendiera.

El 5 de septiembre último, la fiscal federal del Distrito Sur de California Laura E. Duffy expuso que entre julio de 2007 y “al menos hasta noviembre de 2008”, en el Distrito Sur de California y en otras partes el acusado Manuel Bribiesca cometió violaciones a la ley “con conocimiento de lo que hacía”.

Duffy afirmó que el hijo mayor de Marta Sahagún formó parte de un plan para cobrar de manera fraudulenta a los compradores de gas natural de la compañía conocida como Mexico Gas, a través de transmisiones electrónicas fraudulentas de fondos, siendo Manuel Bribiesca Sahagún “representante de gas México”. Lo acusó también de ocultar su verdadero plan a los compradores de gas, a los jueces y autoridades civiles y militares de Estados Unidos.

La audiencia en la Corte de Distrito Sur de California estaba programada para el 7 de septiembre pasado, pero se difirió una semana. Finalmente, el día 14 Bribiesca se presentó a la audiencia prevista para las 10:30 de la mañana y aceptó su delito.

De acuerdo con el expediente de la Corte, el inculpado pagó una fianza de 75 mil dólares por la cual se giró el recibo # CAS042671 y firmó un acuerdo con la fiscalía, en el que se declaró culpable de las imputaciones hechas por Duffy.

La Corte de Distrito Sur de California le prohibió a Bribiesca Sahagún viajar a los estados de California y Texas; en este último se interpuso otra demanda en su contra. También fue obligado a sujetarse a un reporte de supervisión de la agencia de servicios previos al juicio (PSA, por sus siglas en inglés).

Se le prohibió también poseer o usar estupefacientes o sustancias controladas, así como armas, y se le obligó a proporcionar una dirección de domicilio actual y número de teléfono y mantenerlo al día mientras se dicta la sentencia, programada para el 12 de octubre próximo a las 8:30 de la mañana.

El hermano diputado

El ex presidente Vicente Fox, quien asesoró al priísta Enrique Peña Nieto durante su campaña, e incluso promovió su candidatura, mantiene su amistad con el mexiquense. Fuentes cercanas a la familia de Fox afirman que planea sacar el mayor provecho posible de esa relación.

Y mientras Manuel, el hijo mayor de Marta Sahagún, es un criminal confeso en Estados Unidos, su hermano Fernando es legislador federal por el Partido Nueva Alianza (Panal); incluso fue nombrado secretario de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados de la LXII Legislatura.

A finales de agosto, poco antes de asumir como diputado, Fernando Bribiesca decidió no hablar sobre los señalamientos de corrupción contra su familia, en particular los que se hacen a su hermano mayor.

“Por respeto a los compañeros que aquí nos acompañan en el presidium, si quieres podemos tocar los temas relacionados a mi persona y a mi familia en otro momento y en otro espacio. En este momento estamos hablando de la Agenda Legislativa que estamos concluyendo y presentando a nuestra coordinadora y nuestro vicecoordinador”, dijo en conferencia de prensa a la cual asistieron 10 compañeros de su bancada



Aquí tenemos a la corrupta ex-primera “dama” acompañando a su igualmente corrupto y moralmente putrefacto hijo, haciendo gala de la impunidad de ambos en México:




Hay de hecho muchos otros delitos graves por los cuales los hijastros de Vicente Fox deberían de haber sido echados a la cárcel con largas penas de prisión, pero como estos delitos se cometieron en México afectando a mexicanos y no a extranjeros, tales delitos posiblemente permanecerán impunes por siempre al ir prescribiendo los plazos legales para poder tomar acción en contra de esta gente mala. Si el pueblo de México necesitaba de alguna buena razón para nunca más llevar de nuevo a la Presidencia de México a nadie que tenga que ver con la corrupta derecha ultraconservadora de México, esta es una de ellas, además de las muchas razones que el funesto y macabro sexenio de Felipe Calderón con su guerra de legitimación y su secuela de más de 80 mil cadáveres le dió a México para darle la espalda a la derecha conservadora y reaccionaria que, hasta el último momento, eso sí, siempre estuvo presumiendo de ser “muy cristiana” y “muy católica”.

2 Comments:

Blogger Spectator2006 said...

Este es un seguimiento a la entrada "Reflexiones" de la bitácora El Fin de la Fiesta Foxista.

En un reportaje especial elaborado por Daniel Lizárraga, columnista de PROCESO, encontramos lo siguiente publicado en el número 1620 de dicha revista bajo el título en su portada "Fox al banquillo":

"Vicente encubrió a Marta
Daniel Lizárraga
Revista PROCESO, Número 1620

Con tal de proteger a Marta Sahagún, la Presidencia de la República trató de ocultar sus derroches de dinero público. Ante solicitudes de acceso a la información, colaboradores de la exprimera dama negaron la existencia de esos datos, pero los actuales funcionarios de Los Pinos entregaron a Proceso las cuentas que la administración anterior ocultó intencionalmente, torciendo la ley que el expresidente Fox presume como un logro de su gobierno.

De acuerdo con una investigación periodística desarrollada desde 2005, el apoyo a Sahagún para mantener a la prensa alejada de su despacho se mantuvo desde que se casó con Vicente Fox en los jardines de Los Pinos el 2 de julio de 2001, pasando por su coqueteo con la postulación a la Presidencia y hasta el final del sexenio, cuando del dispendio de recursos públicos alcanzó 14 millones 367 mil 325 pesos.

Parte de este encubrimiento inició el 7 de enero de 2005, cuando este reportero hizo una primera solicitud de acceso a la información a la Presidencia para conocer los gastos en guardarropa y en el sostenimiento de la oficina de Sahagún entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2004.

La Unidad de Enlace de la Presidencia respondió, 20 días hábiles más tarde, argumentando que no hubo erogaciones en guardarropa, que los gastos en “invitados especiales del C. Presidente de la República” eran de 11 mil 321 pesos, y puso a disposición del reportero cinco facturas de restaurantes, hoteles y de una agencia de viaje oficial, Turissste, por 14 mil 301 pesos. Nada más.

La Presidencia dio por cerrado el tema. No obstante, al término del sexenio foxista se supo que en realidad ocultó la mayor parte de la información que ya existía en sus archivos.

En agosto pasado, ya bajo la presidencia de Felipe Calderón Hinojosa, este semanario hizo la misma pregunta, aunque acerca de todo el sexenio foxista. La Unidad de Enlace de Los Pinos entregó 17 expedientes –cada uno con más de 800 facturas–, en los cuales se comprobó que el derroche de recursos públicos en la oficina de Sahagún fue equivalente, por ejemplo, a la reciente inversión de la Secretaría de Desarrollo Social para rehabilitar 960 viviendas de familias pobres en Manzanillo, Colima (Proceso 1614).

Los nuevos funcionarios de la Presidencia pusieron a disposición de este medio cuatro legajos con alrededor de 3 mil 200 facturas de gastos realizados en 2004, lo que contrasta con la respuesta del gobierno foxista, que sólo entregó cinco recibos de hoteles y restaurantes.

En torno al uso de los recursos públicos también se ocultó información oficial. La suma de los comprobantes correspondientes a 2004, facilitados recientemente por Los Pinos, asciende a 3 millones 956 mil 988 pesos con 31 centavos, en tanto que la administración foxista sólo rindió cuentas de ese período por alrededor de 25 mil pesos, ocultando además las adquisiciones de objetos de mármol y de plata para engalanar el despacho privado en el que Marta Sahagún recibió a secretarios de Estado, empresarios y dueños de medios de comunicación.

El ocultamiento de información está sancionado en el marco legal mexicano. Los responsables de este acto, sin importar el nivel jerárquico que hayan tenido en el sexenio foxista, incurrieron en irregularidades que podrían derivar en una inhabilitación para ocupar cargos públicos o en una pena de dos a seis años de prisión, de acuerdo con la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública, la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos y el Código Penal Federal.

Disparidad— En agosto de 2003 estalló uno de los mayores escándalos de Marta Sahagún. Por medio de la Ley Federal de Transparencia, el semanario La Revista publicó que, tan sólo en 2002 y 2003, Sahagún compró vestidos y accesorios por 303 mil 430 pesos en firmas de lujo como Ermenegildo Zegna y Frattina. Las copias de las facturas pudieron obtenerse luego de un litigio de ocho meses ante el Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI).

La Presidencia había rechazado la petición porque las tallas de Fox y Marta estaban protegidas por la Ley de Datos Personales. Además, pretextó que en aquel entonces esos documentos eran objeto de una auditoría por parte de la Cámara de Diputados.

Apenas iniciado 2005, se formuló una nueva solicitud de acceso a la información dirigida hacia Los Pinos en los siguientes términos: “Requiero los gastos desglosados, rubro por rubro así como las facturas relativas al uso de los recursos públicos para investidura presidencial respecto al año 2004.

“En específico requiero los gastos de la señora Marta Sahagún, mismos que deben incluir las erogaciones en materia de comunicación, transporte, pago de sueldos a colaboradores y protocolo”.

Distrito Federal—El 4 de febrero de 2005, la Unidad de Enlace de la Presidencia de la República entregó un disco compacto en el que respondió que ese año no se usó la partida para investidura presidencial. Y agregó: “En la Oficina de Apoyo a la Esposa del C. Presidente no se tienen erogaciones en materia de comunicación, como publicidad o contrato a medios de comunicación.

“En este sentido, y una vez efectuada la revisión de los expedientes del Estado del Ejercicio 2004, se erogaron recursos por 11 mil 371 pesos 90 centavos en la partida 3825, los cuales corresponden a gastos de invitados especiales del C. Presidente de la República”.

En un archivo anexo a estos párrafos, la Unidad de Enlace entregó siete facturas: tres del hotel Quinta Real, en Querétaro; una del restaurante Mediterranean, de Monterrey; otra de un taxi; una más de un estacionamiento en la Ciudad de México y la última de la agencia Turissste.

De acuerdo con esta respuesta oficial, eso era todo lo encontrado en los “expedientes del Estado del Ejercicio 2004”. Estos siete recibos, apenas legibles, tienen un sello de la Coordinación de Programación y Presupuesto. Luego, con letras más pequeñas, se lee: “Documento registrado presupuestalmente por Edgar Cruz López”.

Dos años y seis meses después, se comprueba que esto no era todo lo que en realidad existía en ese “Estado del Ejercicio 2004”. Al cierre de ese período en realidad se habían manejado en la oficina de Sahagún no menos de 3 mil 200 facturas por un total de 3 millones 956 mil 988 pesos con 31 centavos, según consta en las corridas financieras recientemente entregadas a Proceso por el gobierno de Felipe Calderón.

En estos miles de justificantes sobre el uso de los recursos públicos aparece el mismo de la Coordinación de Programación y Presupuesto, así como la leyenda “documento registrado presupuestalmente por Edgar Cruz López”.

Durante el sexenio pasado, la Coordinación General de Administración de la Presidencia fue encabezada por Hugo Nicolás Pérez González, quien rendía cuentas directamente a Vicente Fox.

Un escalón más abajo estuvo la Dirección General de Finanzas y Presupuesto manejada en algún momento por Eduardo Ignacio Seldner ávila y la Dirección de Presupuesto cuyo responsable era José Velasco Castillo.

En las miles de facturas correspondientes a 2004, entregadas por la presente administración presidencial, aparece a menudo el nombre de Velasco Castillo. Y las corridas financieras en las que se detallan los gastos de la oficina de Vinculación y Apoyo a la Esposa del C. Presidente en mensajería, teléfonos, gas, electricidad y estacionamientos eran notificados al coordinador de Adquisiciones, Gerardo Hernández Romero, al subdirector de Mantenimiento, Ignacio González Morales, y a la jefa del departamento de Servicios, Edna Kim Miranda.

Viajes, flores y plata— Según los expedientes obtenidos por Proceso, los gastos de Marta Sahagún para acondicionar su oficina con pisos de mármol, accesorios en plata y arreglos florales, fueron incluidos en las partidas de “gastos de orden social” y “gastos de protocolo”. Estos últimos fueron los que se solicitaron desde el 7 enero de 2005.

Sin embargo, hasta ahora pudo saberse que la consorte de Fox tenía en su despacho dos sistemas de televisión de paga –Cablevisión y Sky–, además de contar con servicio de mensajería personalizada para las compras de ropa y esencias corporales en tiendas de Polanco. Proceso localizó en estos mismos legajos un contrato con la empresa Medialog, fechado en 2004, para obtener asesoría especializada en medios de comunicación, por 458 mil pesos. No obstante, la Presidencia en el sexenio anterior aseguró que no hubo gastos en el rubro de comunicación.

Esta no es la única prueba de que se ocultó o se entregó información en forma parcial, aun cuando no se encontraba protegida por la Ley de Datos Personales ni por las causales de reserva y confidencialidad.

Otro caso es el servicio telefónico. En 2005 la Presidencia no entregó datos sobre ese rubro, pero ahora puede sustentarse que Sahagún contaba con un teléfono satelital, privilegio del que no gozó ningún funcionario en el sexenio foxista.

Según seis facturas correspondientes a 2004, en seis meses se pagaron 22 mil pesos a la empresa Globalstar por el uso de un teléfono satelital. Además, se desembolsaron otros 973 mil pesos por teléfonos en oficinas, celulares y radiolocalizadores.

Así mismo se ocultó la mayor parte de los gastos de la oficina de Sahagún en viajes. En 2004, el gobierno foxista rindió cuentas por 11 mil 371 pesos 90 centavos bajo el concepto de “invitados especiales del C. Presidente de la República”.

Actualmente se sabe que entre esos invitados especiales se contaba el equipo cercano de Marta Sahagún y que los gastos correspondientes a ese año en ese renglón ascendieron al menos a 973 mil 226 pesos.

Un ejemplo: Claudia Calvin, quien recogía las peticiones y las cartas durante los actos públicos de Sahagún, gastó 6 mil dólares cuando acompañó a su jefa a los funerales del expresidente estadunidense Ronald Reagan.

Francisco José Velasco Barrera, hijo del integrante del Yunque Guillermo Velasco Arzac y funcionario cercano a Sahagún, recibió 800 dólares para ir a Nueva York del 22 al 24 de octubre de 2004. Su trabajo consistió en anticiparse, en vuelo comercial, para coordinar la gira de su jefa.

Por medio de un oficio, el director de administración de Los Pinos, Carlos Prieto, solicitó que se reembolsaran a Sahagún los gastos que hizo para viajar a la ciudad estadunidense, toda vez que cuando se fue “no se contaba con el tiempo para solicitar los recursos en forma adelantada”. Sahagún inauguró en esas fechas la exposición El imperio azteca.

Otro ejemplo de justificación peculiar: al entregarse 600 dólares al coordinador de Comunicación de la señora, David Monjarraz, se incluyó una nota en la cual se especifica que se trata de una “invitación del presidente de la República” para la cobertura y difusión de las exposiciones El arte cortesano de los antiguos mayas y El arte cubista de Diego Rivera, ambas inauguradas por la señora Sahagún en Washington.

A su vez, en septiembre del año mencionado, Omar Saavedra Body, secretario particular de la esposa de Vicente Fox, tramitó ante la Presidencia el reembolso de 3 mil 291 pesos que pagó por hospedarse en el hotel Fiesta Americana Grand Los Cabos, donde asistió a una asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).

Este tipo de viajes no están considerados entre las 24 giras nacionales y las cinco internacionales que realizó Marta Sahagún en 2004. En el país gastó 2 millones 78 mil 642 pesos con 90 centavos, y en el extranjero 395 mil 914 dólares, es decir, más de 400 mil pesos tan sólo en esos 12 meses. Esto puede consultarlo cualquier ciudadano en el sistema de información pública manejado por el IFAI.

Ahora puede saberse que durante los seis años que duró su poder, Sahagún desembolsó en el extranjero más de medio millón de dólares. Sin embargo, en 2005 la administración de Fox rechazó que existieran este tipo de erogaciones, aun cuando la señora visitó en varias ocasiones Washington, Nueva York y Lima.

La Presidencia de Vicente Fox también se negó a informar los gastos de Marta Sahagún en accesorios de plata. A lo largo del sexenio, la Primera Dama gastó 48 mil 77 pesos en diversos objetos de uso personal y para oficina adquiridos en las exclusivas tiendas Tane y Plata Villa, ubicadas en Polanco. En el año 2004 fueron alrededor de 12 mil 583 pesos (Proceso 1614).

A lo largo del sexenio Sahagún firmó cheques por 353 mil 784 pesos para adquirir flores. De esa cifra, 88 mil 572 pesos corresponden a 2004.

Aunque esos gastos de 2004 no existieron para la Presidencia de Vicente Fox, sí hubo un puntual registro contable de esas erogaciones, que en agosto pasado fue entregado a Proceso por los nuevos funcionarios de Los Pinos."

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Anteriormente, los apologistas de Fox aceptaban que Fox posiblemente había cometido algunas "equivocaciones", aunque enfatizaban que nunca había sido un corrupto. Pero a un año de distancia de haber entregado el poder, las voces que siempre lo justificaban ya no suenan tan fuertes como antes, y hasta el mismo Fox, en una carta fechada en San Francisco del Rincón y enviada a los panistas en la tercera semana de noviembre del 2007 pidiéndoles su apoyo en estos momentos de crisis y revelaciones incómodas, aceptó ser un "pecador común y corriente" aunque sin especificar claramente la naturaleza de sus "pecadillos".

¡Qué caro pagó el pueblo de México haber sacado al PRI de Los Pinos para meter en su lugar a la ultraderecha en el poder!

El verdadero enemigo de México nunca fue aquella fantasiosa "gran conspiración judía masónica comunista". El verdadero enemigo de México lo ha sido y lo siguen siendo esos poderosos señores que desde siempre han afirmado que su misión es "salvar" a México de la "gran conspiración judía masónica comunista"!

sábado, 24 noviembre, 2007  
Anonymous Anónimo said...

Que buen libro, que investigación tan seria, y lo más, pero lo más triste es que muchos todavía lo quieren ignorar, y no ha pasado nada, no hay más que ver la impunidad de México y sus "Gobernantes", es una atrocidad ver como robaron, mataron, despojaron a México todos los días de su mandato, desde antes e incluso después, es una gran vergüenza, leí9 el libro y me digo todavía hoy: ¡¿"Y"?! siguen libres y comiendo mejor cada día, mientras tantos mexicanos trabajamos dia a dia para llevar bienestar a nuestra casa, el pueblo no tarda en estallar contra todos ellos, políticos, corruptos, y esos dos los peores...los peores, no tienen calificativo.

lunes, 09 diciembre, 2013  

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