viernes, 23 de marzo de 2007

Negocio: Mover por Aire a Millones de Mexicanos

Tomado de una nota aparecida en el periódico norteño EL DIARIO el 8 de marzo del 2007:

De acuerdo con sus propios datos, la línea aérea de la concesión de Jorge Alberto Bribiesca Sahagún y Guillermo Sahagún Jiménez transporta a 12,500 pasajeros por avión al mes, y el plan de la empresa es en cuatro años, contar con una flota de 40 aviones y un flujo de seis millones de pasajeros anuales

Anabel Hernández
Random House Mondadori / Grijalbo
Especial para El Diario


El 24 de febrero de 2003, los dos familiares del presidente Fox, junto con un tercer socio, de nombre Felipe Prado Díaz, constituyeron la empresa Avolar Líneas Aéreas, S.A. de C.V., con el permiso de la Secretaría de Relaciones Exteriores número 903446. La empresa se creó ante el notario público número 17 del Distrito Federal, Fernando Cataño Muro Sandoval.

La compañía tiene un capital “mínimo fijo” de 50 mil pesos. Cada acción vale un peso. Jorge Alberto Bribiesca Sahagún es dueño de 15 mil acciones y tiene el cargo de “apoderado”. Guillermo Sahagún Jiménez posee otro tanto y ocupa el mismo cargo. Felipe Prado Díaz es propietario de las restantes 20 mil acciones y tiene el puesto de “administrador único”. Joaquín Hernández Morales ostenta el cargo de “comisario” y es una de las bisagras entre esta empresa y la de Nehme Name.

La compañía se fundó para “la prestación de transporte aéreo regular y no regular, carga exprés y correo” y tendrá una duración de 90 años, según los datos de identificación con que se dio de alta en el Registro Público de la Propiedad de la ciudad de México el 29 de abril de 2003, con el folio mercantil 301057. (Véase anexo VII.1.)

El 27 de octubre de 2004 el secretario de Comunicaciones y Transportes otorgó a la empresa Avolar Líneas Aéreas, S.A. de C.V., el título de concesión TAN-OR-VLI para el inicio de operaciones comerciales, según consta en las 22 hojas del título, firmado por el propio Cerisola, amigo personal del presidente Fox y de Martha Sahagún. 16 páginas del título contienen los detalles de la concesión, y las seis restantes son “anexos” firmados por López Meyer. (Véase anexo VII.2.)

La base de operaciones de la aerolínea de Bribiesca Sahagún y su tío, según el documento del cual se tiene copia, es en principio el Aeropuerto Internacional de la ciudad de Guadalajara, Jalisco, aunque después cambió al de Tijuana, Baja California.

La concesión se otorgó por un periodo de cinco años con la opción a prórroga; es decir, que cuando termine el sexenio Bribiesca Sahagún y su tío aún tendrán garantizados sus negocios.

Según el título de concesión, “el concesionario (o sea los parientes del presidente Fox), con fundamento en lo dispuesto por la Ley de Aviación Civil y su Reglamento, solicitó por escrito a la Secretaría se le otorgara una concesión para prestar el servicio público de transporte aéreo nacional regular de pasajeros, carga y correo”.

“El concesionario --agrega la dependencia-- acreditó a la Secretaría su capacidad técnica, financiera, jurídica y administrativa para prestar el servicio referido en condiciones de calidad, seguridad, oportunidad, permanencia y precio, así como la disponibilidad de la infraestructura necesaria para sus operaciones y del personal técnico aeronáutico y administrativo capacitado, requerido para cumplir con sus obligaciones bajo la presente concesión, en términos de lo dispuesto por el artículo 9 de la Ley de Aviación Civil y demás relativos de su Reglamento”.

En la concesión se contempla que el concesionario podrá prestar el servicio de transporte aéreo directamente o por medio de un tercero con quien tenga acuerdos comerciales y de cooperación.

Sin embargo, se aclara que esta posibilidad no se traduce “por ningún motivo” en una cesión total ni parcial de los derechos conferidos por la concesión, “en especial los de tráfico aéreo”.

La concesión otorgada fue para operar inicialmente en 11 rutas aéreas, todas en viajes de ida y vuelta: México-Morelia, México--Uruapan, Acapulco-Oaxaca, Acapulco-Tijuana, Cancún-México, Guadalajara-Tijuana, México-Oaxaca, México-Tijuana, Morelia--Tijuana, Oaxaca-Tijuana y Tijuana-Uruapan.

La empresa prestaría todo el servicio con un solo avión como quedó registrado en la concesión, un MD-90, mejor conocido comercialmente como Boeing 737-500.Y se aclara que si la aerolínea quiere aumentar o reducir rutas, o incrementar el número de naves, deberá solicitarlo por escrito a la SCT.

En los límites de la concesión, la SCT aclara que no podrá usarse para un fin distinto del señalado, y que la compañía tampoco podrá prestar servicios diferentes o adicionales a los estipulados.

En el capítulo VIII del título de concesión se contempla un programa de desarrollo del servicio técnico y operativo autorizado por la Secretaría. Por ejemplo, en cuanto al número de pasajeros, se calculó que en 2005 la empresa transportaría 241,978; en 2006, 270,684; en 2007, 281,963; en 2008, 294,044, y en 2009, 304,520. Las tarifas promedio comenzarían, en 2005, en 1,507 pesos, y se suponía que en 2009 se mantendrían sin ninguna variación.

También contemplaron un plan de negocio para el mercado de Estados Unidos, dirigido a la comunidad mexicana que vive allá y que cada año viaja a México para visitar a su familia, sobre todo a fin de año…

…Por supuesto, el título de la concesión entregada por el gobierno federal no fue firmado por ninguno de los parientes presidenciales. Lo firmó George Antonio Nehme Name, pero no para Avolar Aerolíneas, sino para Avolar Líneas Aéreas.

El intríngulis de esta historia es complejo, como todos los negocios disfrazados, y más tratándose de la familia presidencial, que por ley no podría beneficiarse de una concesión. Como lo marca la Ley Federal de Responsabilidades de Servidores Públicos, el secretario de Comunicaciones y Transportes debería haberse negado a otorgar la concesión, ya que la ley dispone claramente que ningún funcionario, incluido el Presidente de la República, podrá beneficiar de manera directa o a través de otras personas --en este caso el secretario Cerisola-- a integrantes de su familia con contratos o concesiones del gobierno federal.

El 16 de marzo de 2006, a través de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública, hice la siguiente solicitud de información a la SCT:

“Solicito copia del permiso otorgado a la empresa Avolar Líneas Aéreas, S.A. de C.V., para prestar el servicio de transporte aéreo regular y no regular de pasajeros, carga exprés y correo. También quiero saber qué tipo de requisitos debe cumplir una empresa que se dedica a esto y cuánto paga esta empresa por la renta de hangares en Tijuana y cualquier otro aeropuerto federal”…

En su columna del 22 de marzo de 2006 en el periódico Reforma, Alberto Aguilar habla sobre otra persona involucrada con Avolar y directamente ligada a Martha Sahagún y al Presidente:

Juan Hernández, quien ha trabajado con Fox en los 10 últimos años. Al inicio del sexenio fue coordinador de la oficina especial para mexicanos que viven en el exterior, en la Presidencia de la República.

Termina el sexenio y la cabeza visible de la compañía de los Bribiesca-Sahagún, George Nehme, anda por todo el país inaugurando rutas aéreas.

A principios de 2006 trascendió a las columnas de negocios que entre los planes de Avolar está hacerse pública, y espera cotizar en la Bolsa Mexicana de Valores a fines de 2007. No es para menos: desde que el 8 de septiembre de 2005 iniciaron operaciones, el negocio va viento en popa, y de las aerolíneas low cost ésta es la que más ha crecido y la que cierra el sexenio con paso más fuerte.

Según información oficial de la compañía, “la idea es contar con diez aviones este año (Boeing 737, de 30 millones de dólares cada uno) para alcanzar una movilización de dos millones de pasajeros en 2007 y después cubrir vuelos internacionales”, para comunicar un total de 32 destinos del interior del país.

“El plan de negocio de la empresa es a cuatro años, y al término de los mismos las expectativas son contar con una flota de 40 aviones y un flujo de seis millones de pasajeros por año”.

De acuerdo con sus propios datos, la línea aérea de la concesión de Jorge Alberto Bribiesca Sahagún y Guillermo Sahagún Jiménez transporta a 12,500 pasajeros por avión al mes, lo que representa el 65 por ciento de ocupación de los asientos.

“En términos de nuestra penetración de mercado, buscamos tener presencia en todos los destinos importantes desde y hacia Tijuana, dando especial atención a aeropuertos secundarios que no han sido bien atendidos por las aerolíneas tradicionales”, explica la empresa en su portal de internet.

Y sí, poco a poco ha ido ampliando sus rutas a las asignadas en el título de concesión. Ahora también llegan a Puebla, Zihuatanejo, Tepic, Colima, Morelia, Uruapan, Hermosillo, La Paz, Los Mochis, Culiacán y Durango.

En abril de 2006 la compañía inauguró más rutas, entre ellas la del Aeropuerto Internacional del Bajío. Quizá así, por lo menos, Jorge Alberto Bribiesca Sahagún disfrute de su concesión y ya no tenga que desviar aviones para que hagan escalas indebidas en el aeropuerto de León, Guanajuato. Ahora, en los aviones de Avolar, puede ir cuando quiera a visitar a su madre en su nueva y acogedora cabañita en San Francisco del Rincón, Guanajuato, sin molestar a nadie.